domingo, 16 de diciembre de 2012

Ciudad Perdida de Machu Picchu... Qué experiencia memorable!

Hola a todos! Ya casi llega la Navidad y espero que cada uno en sus casitas o donde sea que les coja, la pasen rico! Ah! Y recuerden, la pinta de Navidad es en Almacenes Los Vestidos!



Ahora si... entremos en materia...
La noche precedente a mi visita a Machu Picchu fue corta; a pesar de haber comprado un reloj despertador con el único fin de levantarme a tiempo, desperté varias veces pues mi inconsciente aun no confiaba en  la dichosa maquinita, así que constantemente revisaba el reloj para estar más que seguro. A pesar de tener mi propio medio de transporte y de no depender de nadie para dicha visita, quería aprovechar al máximo el tiempo y llegar al sitio tan esperado antes de las 7-.30 a.m.

El reloj despertador hizo su trabajo de manera impecable y a las 3:30 a.m. estaba yo en pie y preparando todo para la caminata que me esperaba: unos sánduches, bebida hidratante en mi mochila, frutas, una última revisión a la cámara y –por si acaso- empacar la de repuesto… Uno nunca sabe y que tal que a la cámara le dé por fallar justo allá frente a las ruinas! En este viaje y en ese sentido voy a la fija, una segunda cámara a la mano que ya ha sido de gran utilidad.

Con la moto descargada y solo mi mochila como equipaje, emprendí camino por una carretera oscura y solitaria a las 4:00 a.am., carretera que me llevaría al punto conocido como la “hidroeléctrica”. La noche anterior había solicitado indicaciones de cómo llegar al sitio, pero eran un poco confusas; una de ellas hablaba de girar a la izquierda para tomar un puente, en lo que me pareció era el giro mencionado tuve el primer despiste y me encontré de frente con un río que, más por su sonido que por lo que de éste se pudiera ver, era muy caudaloso… Me devolví y efectivamente más adelante estaba el giro. Continué, el camino aún seguía oscuro y solo me acompañaba el sonido fuerte del río a mi lado izquierdo, un poco amenazante, como celoso de perturbar con mi motocicleta su reinado del alba. Fueron dos más los despistes, pero fácilmente pude retomar el camino y llegar a la hidroeléctrica cuando apenas uso perezosos rayos de sol se adivinaban tras las montañas. Y es que el río corre encañonado y a sus lados solo se observan majestuosas formaciones rocosas casi verticales a las que, a dicha hora del amanecer, no se les ve fin.

Busqué un sitio para parquear la moto y pude ver que de un taxi descendía un grupo de turistas, identifiqué fácilmente a quienes había conocido la noche anterior en los termales de Santa Teresa: “Víctor y las chicas”; ellos me habían hablado de sus planes, similares a los míos, pero nunca pudimos concretar el encuentro que ahora, de manera fortuita se producía! Nos saludamos amigablemente, como satisfechos de parte y parte por esta jugada del destino y emprendimos camino de inmediato.


Inicio de la caminata - Vista de la Hidroeléctrica desde la carrilera

Paisaje embrujado entre neblina y sombras adivinando un hermoso amanecer...
Las sombras del amanecer ya dejaban ver a lo lejos la línea del ferrocarril, la cual debíamos seguir permanentemente, sin desviarnos; de repente dicha carrilera desapareció y todos nos miramos sorprendidos! Y ahora? Y cómo diablos sigue el tren? Me sentí parte de la saga de Harry Potter donde el tren simplemente aparece y desaparece, pero ese no era el caso. Decidimos buscar salida por la parte superior y confirmamos que lo que habíamos seguido no era la línea real del tren sino una extensión para parquear vagones.


Vamos de excursión!!

Amanecer rumbo a Machu Picchu

Disfrutando de la caminata!





Como en una excursión de adolescentes reíamos y disfrutábamos de aquel paisaje; sombras y neblina se mezclaban para ofrecer un espectáculo casi misterioso, la oscuridad poco a poco daba paso a hermosas figuras montañosas, el río ahora se dejaba ver en todo su esplendor y la brisa mañanera nos acompañaba constantemente. Un grupo de escolares entre los 10 y los 14 años nos acompañaron durante nuestra caminata de unos 90 minutos hasta el Puente Ruinas (punto de quiebre hacia la población de Aguas Calientes) y primera parada de control, de allí ascenderíamos casi verticalmente hasta Machu Picchu.


Primera parada - Puente Ruinas. Listos para el ascenso por las gradas!

Vista en el ascenso a Machu Picchu

Primeras vistas de Machu Picchu (Graderías bajas) y del Huayna Picchu al fondo!

Este último ascenso se hace por unas escaleras que cortan transversalmente el camino vehicular, el cual serpentea desde Aguas Calientes hasta la entrada Machu Picchu. Muchas gente prefiere tomar el autobús, pero el costo lo hace prohibitivo para muchos de nosotros; además estaba el reto de ir caminando hasta esta maravilla de la humanidad! Víctor, Carmen y Nieves tenían tiquete de entrada a Huayna Picchu para el horario de 07:00 a 08:00 y debían llegar al punto de control de Huayna antes del cierre, logramos llegar justo a tiempo para que ellos pudieran ingresar sin problema. Yo, por mi parte, tenía acceso al Huayna a las 10:00 y eso me daba tiempo de recorrer la ciudad sin prisa.


Ya casi...
Cruzamos el umbral de la entrada a las 07:45 a.m. Por fin! Estaba a pocos metros, a pocos minutos de contemplar con mis propios ojos aquello que solo había visto en fotografías de libros e internet… Los chicos se desviaron por la parte inferior y yo continué por la superior, quería que mi primera impresión fuera lo más dramática posible… Y así fue…

De repente, a mis pies, y como si estuviera yo inmerso en una de las postales que tantas veces había contemplado, ahí estaba: La ciudad perdida de los Incas. Enclavada en la parte media de una montaña a la que después llamaron Machu Picchu (Montaña Vieja) se encuentran las ruinas de una pequeña ciudad que los Incas diseñaron y construyeron siguiendo normas de urbanismo, códigos antisísmicos, procedimientos para estabilización de taludes y asombrosas técnicas para conducción de aguas –entre otras- que aun, en la época actual, deslumbran a los profesionales más versados en estos temas.


Y de repente... Ciudad Perdida de Machu Picchu!!

La foto de rigor...






Más fotos de rigor! jejeje...
Me tomé un buen tiempo en la parte media-alta de la ciudad, desde donde se toman las “fotos de rigor” para después ascender hasta al Templo del Sol… caminaba sin prisa, como tratando de absorber, a cada paso, la energía que irradia el lugar. El tiempo parecía no tener lugar en este sitio y todos los malos pensamientos se desvanecieron mientras estuve allí.

Supongo que para cada persona la experiencia es diferente, para mí fue un poco mística y sobrecogedora.


Vista desde el Templo del Sol

Cañón del río Urubamba




Frente a la montaña de Machu Picchu, donde se ubica la ciudad perdida, está Huayna Picchu (Montaña Joven) y ambas están separadas por un estrecho corredor montañoso en la parte baja. Uno de los atractivos, además de visitar la ciudad perdida es el ascenso a la cúspide del Huayna, ascenso que inicié pasadas las 10:00 a.m. Con una duración de 40 minutos aproximadamente y no apto para quienes sufra de vértigo (sobre todo al descender), el cerro ofrece una vista majestuosa de Machu Picchu y de las montañas a su alrededor; en su parte más alta es posible tener vista de 360 grados… Espectacular!



Ascenso al Huayna Picchu...



Vista de la Ciudad de Machu Picchu desde el cerro Huayna Picchu
Yo al igual que otros turistas precavidos, estaba a salvo con la ración de sánduches, frutas y líquido que llevaba en  mi mochila, pero muchos de los turistas no disfrutaban de los mismos beneficios, Supuestamente está prohibido ingresar cualquier tipo de comida o bebida, pero es más una estratagema para comprar en las tiendas y restaurantes que está al ingreso y que, por ponerlo de algún modo, simplemente abusan con el precio! Machu Picchu es, hasta ahora, el sitio más costoso de cuantos he visitado, a pesar de no haberles dado el gangazo no dejé de sorprenderme  al echar un vistazo a la lista de precios publicada…







Panorámica desde Huayna Picchu...

Las comidas, bebidas, bus desde Aguas Calientes y tren desde otras partes cercanas no guardan la más mínima proporción con el servicio o calidad del producto; simplemente, si estás en Machu Picchu, ese es el precio. Así que, si van a ir, no den papaya y vayan preparados!

No quería descansar ni un minuto! Yo quería ver y recorrer todos los rincones! Dejarme impregnar de la magia y sabiduría de este formidable sitio! Caminé y caminé hasta hartarme, en algunos momentos, no obstante, decidía hacer un alto y simplemente “sentir”… ojos cerrados, los demás sentidos atentos… 


Puerta de acceso a la Ciudad Perdida



No puede faltar la típica foto de postal! Si inclinan la cabeza hacia su derecha pueden ver el famoso "perfil del Inca"

Así transcurrió el tiempo hasta que fue hora de encontrarme nuevamente con mis compañeros de caminata; pasadas las 2:00 p.m. y después de un breve descanso, emprendimos nuestro camino de regreso hacia la hidroeléctrica. Compartíamos historias, puntos de vista; nos sentíamos orgullosos de haber hecho lo que pocos (o por lo menos eso queríamos creer) habían logrado: llegar caminando a Machu Picchu (al menos desde la hidroeléctrica!)



De regreso a Santa Teresa... Hasta allá subimos??
A medio camino y cuando ya podíamos ver las ruinas desde la parte baja nos parecía sorprendente que hubiésemos llegado hasta allá! Tal vez fue eso, talvez demasiadas emociones en un solo día o talvez ya era tiempo: Por vez primera en casi dos meses de viaje lo sentí… el retorcijón en la parte baja del estómago y la piel de gallina… Jejeje… Muchos comedores callejeros y agua de dudosa procedencia por fin pasaban la factura. Un fugaz desvío de la carrilera y una breve visita al exuberante verde que la rodeaba fueron suficientes para calmar –por lo menos por un buen rato- aquella pequeña “molestia intestinal”… Pero eso reamente no importaba, yo había visto Machu Picchu con mis propios ojos!


Llegamos!
Para rematar con broche de oro, una nueva visita a los termales de Santa Teresa! Qué bendición para mis músculos un poco cansados tras esta jornada…


Taxi de Santa Teresa a Termales... Un poco apretados!

Termales! Que descanso!