Noviembre 17 de 2012
La entrada de hoy contendrá,
probablemente, poco texto comparado con las anteriores, pues el objetivo
principal es ponerme al día y –por vez primera- actualizar el blog con lo
acontecido hasta el día de la publicación…
La primera noche en Lima, el
12 de noviembre pa asé en la unidad de bomberos de Miraflores (Municipalidad
perteneciente a Lima). Las municipalidades son el equivalente a las localidades
en Bogotá; al ser ciudad capital, existe un alcalde mayor y alcaldes menores,
quienes son encargados de administrar sectores y recursos en cada una de ellas.
Otro dato interesante es que,
a diferencia de otros países –Ecuador entre ellos- los bomberos aquí en Perú
son totalmente voluntarios, ellos no reciben paga o remuneración económica
alguna. As instalaciones son gestionadas por iniciativa ciudadana y una vez
aprobados los recursos, que en principio son mayormente privados, y se tienen
las instalaciones, el municipio se encarga de los gastos fijos de las
instalaciones. Mediante más gestiones se consiguen las máquinas, que son
propiedad del estado, pero se las “prestan” a los bomberos voluntarios para que
“jueguen a ser bomberos de verdad”… el sueño de todos los niños, pero con
máquinas y equipos reales… y peligros reales también!
La compañía Miraflores estaba
celebrando aquella noche su aniversario 73 y como regalo, el municipio les
había asignado una nueva máquina de rescate. El Comandante a cargo me explicó
que, debido al acto protocolario planeado para el día siguiente en la noche, le
era imposible ofrecerme alojamiento dos noches seguidas, pero que me ayudaba
enviándome a otra “bomba”, o sea otro cuartel.
Después de una buena cena
–patrocinada por entes privados de la municipalidad- que incluía tallarines,
chaufa, pizza, alitas de pollo, torta y la infaltable Inca Kola, compartí un
rato con ellos y luego me fui a dormir a la habitación de los maquinistas,
donde me esperaba una confortable cama…
La mañana siguiente la dediqué
a buscar el aceite para el cambio de la moto, pues ya se acercaba a los 5.500
kms! Aunque estaba dentro de los límites tolerables, no quería arriesgarme.
Encontrarlo fue difícil pero al fin los distribuidores de una marca de
motocicletas en Lima los tenían y eran también importadores directos del aceite
Motul 5100.
Después de conseguir lo
necesario, recogí la moto y me desplacé a la bomba de Surco, donde los bomberos
de allí ya me estaban esperando. A mi llegada, inmediatamente y con mucho
entusiasmo –cual si fuere un personaje célebre- me instalaron en la guardia
femenina (por estar vacía en esos momentos y ofrecer más privacidad), Adryan
Zamora, muy diligente me mostró todas las instalaciones, máquinas, equipos y
todo lo relacionado con lo que tenía a mi disposición.
Debo confesar que me quedé
sorprendido por la organización, limpieza y buenas instalaciones de las que
goza esta bomba y debo mencionar que todo lo que tienen se debe a un esfuerzo
titánico de sus encargados, entre los que se cuenta el Comandante Capitán Klaus
Talaverano, quienes a punta de “meter el hombro” gestionando recursos ante la municipalidad,
han logrado que la unidad 134 Surco sea una de las mejores en Lima.
En la compañia 134 Bomberos de Surco (Lima) |
En la tarde aproveché para
lavar ropa –me dejaron usar la lavadora!- ye n la noche para actualizar e blog
pues hasta Wi-Fi tienen… En la coche el cambio de aceite y revisión en general
de la moto., confesando que tenía un poc de temor de hacer el cambio yo mismo,
pero con cuidado y un poco de sentido común fue fácil.
El día siguiente fue dedicado
a conocer algo del centro histórico de Lima, con su tráfico loco y mezcla de
arquitecturas; me aventuré a tomar el transporte público de ida, pero de
regreso tuve que tomar un taxi pues las “combis” no estaban haciendo el
recorrido en la tarde por desvíos en la ruta…
Basílica de Lima |
Sede de la Cancillería |
Iglesia de San Francisco |
Palacio de Gobierno de Lima |
Debo aclarar que en las
ciudades grandes, sobre todo capitales, no saco la moto por el tema de
seguridad, parqueo, estrés al conducir, pero más que nada, porque me interesa
usar el transporte público como forma de integración a la comunidad local. Es
así como se descubre un poco de esa identidad en cada país y mientras más
folclórico, más interesante! De igual manera, mi objetivo no son las ciudades
grandes; algunos de ustedes podrán decir que dos días es un tiempo irrisorio
para conocer Lima –realmente yo estuve turisteando solo uno- y tienen razón! Mi
intención en este viaje es conocer los parajes naturales más representativos y
la cultura e idiosincrasia suramericana representada en los pueblos pequeños y
alejados de las grandes orbes.
Plaza de San Martín |
Interesante fachada en Lima |
Una mañana tranquila, en la
cual presencié el simulacro nacional de terremoto y tsunami programado para esa
el 15 de noviembre, precedió mi partida de la unidad 134 y por ende, de
Lima. Previamente, el capitán Talaverano
me había sugerido hacer una escala en Cañete, a medio camino entre Lima e Ica,
por lo cual programamos mi estadía en el cuerpo de bomberos de San Vicente de
Cañete. Una llamada entre comandantes de las unidades bastó para que mi estadía
en esa nueva unidad quedara aprobada. La despedida incluyó fotos con el equipo,
disfrazado de bombero y haciendo gala a mi ya corazón bomberil…
Todo un bombero!!! jajaja... |
Unidad 134 Santigo Apostol - Bomberos de Surco (Lima) |
En Cañete, ya instalado, me
dirigí a la plaza principal (plaza de armas), donde se estaba desarrollando la
procesión de los niños en honor al Señor Milagroso; un paseo rápido por el
pueblo y un ”cono doble” marcaron mi estadía en este pueblo. Mi intención era
visitar al día siguiente la población de Lunahuaná, famosa por sus viñedos y
fabricación de vino y pisco (bebida alicorada peruana), así como las ruinas de
Incahuasi (Lugar del rey Inca).
Me despedí de los bomberos de
Cañete, no siendo suficientes las palabras para expresar mi agradecimiento y
partí hacia Lunahuaná. Pude observar que en este poblado, el turismo se centra
en el pisco y los deportes de aventura, mayormente rafting, kayaking y
recorridos en cuatrimotos, pero en esta ocasión no participaría de ninguno de
ellos.
Una visita a las instalaciones
donde se procesan los vinos y piscos de Santa María me permitió conocer la
historia dell viñedo y el proceso de elaboración de sus vinos y del famoso
pisco. Una copita de uno y otro, solo para degustar y no ponerme muy “happy”
fueron suficientes para emprender mi regreso.
Instalacionesy bodegas de la vinícola Santa María |
Las ruinas de Incahuasi fueron el
siguiente destino, mostrándome una serie de construcciones que en su época
sirvieron como sede administrativa en la fase de expansión Inca hacia el norte.
No pasé mucho tiempo en ellas pues mi objetivo más adelante (Machu Picchu)
satisfaría mi sed de Inca…
Ruinas de Incahuasi |
Me dirigí entonces rumbo a Ica
con el fin de visitar el oasis de la Huacachina, distante a unas 3 horas de
camino; en determinado momento vi sobre la carretera un aviso de Parque Reserva
Natural Paracas y recordé que alguien me había mencionad su belleza… Sin
embargo continué rodando… Unos cuatro o cinco minutos más tarde, con el nombre
Paracas martillando mi cabeza, decidí hacer un giro en “U” y visitar –aunque
fuera por un par de horas- la reserva.
Paracas es un pequeño centro
poblado sobre la bahía de Paracas (en Quechua: Para = Lluvia y Accas = Arena) y
que sirve como acceso a la reserva natural. Una rápida ojeada en el pueblo me
permitió identificar una serie de hostales para mochileros (backpackers) a
precios razonables y que pintaban bien; no obstante, estaba preparado para
acampar al interior de la reserva, donde era posible hacerlo.
El parque natural Paracas está
dividido en porciones terrestres y marítimas, de las cuales podía conocer la
primera esa tarde haciendo un recorrido en la moto. La ventaja era que podía
travesar dunas, salirme de los senderos y visitar otras playas y caminos que
los turistas “normales” o sea, aquellos montados en buses y carros normales, no
podrían.
El lugar es de belleza
incomparable, poniendo al descubierto la verdadera magia y belleza del
desierto, hasta ahora empañada y opacada por las basuras y olores que emanan de
los grandes centros poblados. La formaciones rocosas, acantilados, geología y
belleza del mar, me dejaron extasiado! Sea noche opté por regresar al pueblo
para aprovechar las facilidades del hostal (WiFi, lavadero y cocina por un buen
precio), así podría actualizar mi blog al día y disfrutar de la bahía…
Otra razón por la cual opté
por el hostal era la posibilidad de interactuar con otros viajeros, lo cual había
hecho muy poco hasta el momento. Mis estadías hasta el momento se rodeaban de
locales y en cierto momento tenía que retroalimentarme con información de otros viajeros; así lo he hecho hasta este
momento, donde después de un breve paseo por la playa –con más turistas
peruanos de lo esperado por ser sábado- he regresado al hostal a escribir estas
líneas…
Pasiajes del Parque Natural Reserva Paracas |
Parque Natural Paracas (Perú) |
Que Postales hermano, gracias por compartir la belleza de Suramerica desde su perspectiva!!!
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