ENTRADA ESPECIAL
Más allá de lo sueños…
Hoy no voy a contarles
historias de viaje, tampoco voy a hablarles de motos ni de penurias en la ruta.
No voy a escribir acerca de los paisajes de Suramérica ni de condiciones
sociales o económicas de la gente… Pero no se desanimen porque hoy voy a hablar
de algo muy interesante.
Hoy voy a hablar de ustedes.
Si, de aquellos que encienden su computador y se toman unos minutos para leer
las historias –algunas veces en más de una ocasión- y que, de alguna manera viajan conmigo.
La primera palabra que se me
viene a la cabeza es GRACIAS. Por creer en mí; por soñar al lado de este
viajero a quien le parece a veces exagerado y talvez poco merecido, el
reconocimiento de su parte… pero que agradece el ánimo que le imprimen las
palabras, comentarios o gestos que acompañan cada lectura del blog. Gracias…
Este viaje, como toda
experiencia grande o pequeña, corta o larga por la que atraviesa cada ser
humano, no es más que una alegoría de la vida misma. Ustedes, con su dosis
diaria de realidad y que se sientan a leer y a soñar despiertos con mis
palabras, tratando de escapar de la asfixiante rutina; y yo, un “nómada” en
medio de las rutas, no somos tan diferentes. Estamos hechos exactamente de la
misma “madera” o por lo menos de la misma materia física y pensante, con el
mismo poder de decisión para cambiar nuestras vidas y hacer de ellas algo mejor
cada día.
Si bien, cada uno tiene a su
alrededor circunstancias que hacen su existencia diferente, todos tenemos esa
capacidad de cambio… de mejora. Yo, por mi parte, amo inmensamente a mis seres
queridos (aunque no tengo hijos ni esposa, o relación de pareja –lo cual al
momento de “arrancar” en un viaje de estos, simplifica sustancialmente la
decisión); tenía un trabajo estable y bien remunerado que me proporcionaba los
medios suficientes para sobrevivir en nuestra sociedad. Pero al sentir que mi
vida podía ser más plena, tomé la decisión de cambiar.
Ahora bien, mi temperamento y
estilo de vida es extremo en algunas cosas y por ello mi idea de “vivir
plenamente” era hacerle caso al espíritu aventurero y recorrer Suramérica en
moto. Aquí estoy, cerca del final del recorrido…
Pero quedamos en que no íbamos
a hablar de mí sino de ustedes (o de usted). ..
No le estoy pidiendo que corra
al concesionario más cercano y se compre la moto más cara (o la más barata) y
“prenda motores hacia Ushuaia”, además tampoco quiero vérmelas con esposas (o
esposos) malhumoradas reclamándome porque su marido se volvió loco y decidió
ser feliz en el fin del mundo (aunque, aquí entre nos, si ESO es lo que
quiere... hágalo!). Le estoy pidiendo que, de manera responsable, tome las
riendas de su vida y, paso a paso, si es necesario en pequeños incrementos,
implemente los cambios que muy dentro de sí, sabe necesarios para una vida más
plena.
Para algunos la plenitud viene
representada en momentos como aquel, cuando su hijo dio el primer paso, o
cuando su hija lloró en sus brazos por alguna decepción amorosa… Para otros,
está en la belleza de un atardecer o en la libertad de correr, nadar o montar
en bicicleta. Otros prefieren producir, producir y producir y esa es su manera
de hacer de éste un mundo mejor. Mas, cualquiera que sea su verdadero objetivo,
si hay algo que se interponga entre usted y dicho objetivo, debe figurar en su
lista de cosas innecesarias, Muchos dirán “Mi trabajo es el que se interpone y
sin él no puedo sobrevivir en esta sociedad”. Talvez sea válido, pero
generalmente es más válido que está trabajando un poco más de lo necesario… y
hablando con sus hijos menos de lo requerido…
El punto es, mis estimados,
que aun las decisiones más pequeñas e insignificantes, cuando se toman a
tiempo poseen un poder impresionante.
Una buena noticia es que siempre se está a tiempo de mejorar su vida.
Cambio… Esa es la palabra
clave.
Nos estancamos y creemos que
simplemente porque no ocurren tragedias a nuestro alrededor, nuestras vidas
marchan bien. Qué mayor tragedia que vivir la vida de los otros mientras la
nuestra se queda estancada?
Pero hay cambios que traen
consigo dolor; dolor del que uno cree que nunca podrá sobreponerse y, peor aún,
del que creemos que las personas a nuestro alrededor nunca se sobrepondrán. Por
qué muchas parejas insisten, escudándose en la estabilidad y felicidad de sus
hijos, en seguir llevando una “convivencia” infeliz? Acaso no es más
perjudicial para alguien crecer con una falsa idea de la “sana convivencia”?
Créame, sus hijos le valorarán y respetarán más si usted asume y enfrenta los
problemas poniendo por delante SU felicidad. Ese, en mi opinión, es el mejor
ejemplo que les puede dar.
Así que SI, hay cambios que
traen dolor, pero el dolor pasa y luego llega la recompensa.
Otros cambios, ya lejos del
tenor sentimental y familiar son menos dolorosos pero igual de traumáticos. El
abandonar un empleo que no nos satisface plenamente o mejor aún, el iniciar una
actividad que, por loca que parezca, sabemos que nos traerá mayor satisfacción,
trae consigo interrogantes casi imposibles de responder con certeza. Solo
cuando aprendemos que la certeza no existe o que es sinónimo de
“estancamiento”, decidimos que lo “incierto” entre en nuestras vidas e
iniciamos el camino hacia un futuro mejor. O por lo menos más aceptable.
Valoramos entonces la libertad de tomar nuestras propias decisiones y nos
sentimos valiosos por tener el coraje de usar dicha libertad.
Una de las cosas más
especiales que me han manifestado –un “halago” para mí-, provino de alguien que
me “agradecía” por el cambio que yo, con mi viaje, había motivado en su vida.
“El coraje de dejar cosas atrás, de desprenderse de lo trivial, de tomar las
riendas de la vida y buscar ser más pleno” me dijo, “ha motivado cambios en mi
vida”. Poco después, me he enterado que los cambios fueron radicales y que su
vida ahora, en medio de los trastornos que sobrevienen, no solo tiene una mejor
previsión, sino que además, está presente el orgullo de quien lleva las riendas
de su existencia.
Y poco a poco, con pequeños
cambios en nosotros mismos que se ven reflejados en nuestro estilo de vida;
motivando a las otras personas a que cambien las suyas, es como construimos un
mundo mejor. Una cadena de la que ya formamos parte, pero en la que precisamos
tomar acción, y cuanto antes mejor.
“Cuando descubrí que el mundo
en que vivía no era aquel que yo quería, quise cambiar el mundo. Resultó que
era muy difícil cambiar el mundo, entonces decidí cambiar mi país. Pero era muy
complicado cambiar mi país, entonces traté de cambiar mi ciudad. Cuando me
convencí de que ello era casi absurdo, me limité a mi familia. Mi familia
también resultó tarea complicada, así que decidí cambiar YO…. Y cuando YO
cambié, de repente el mundo cambió!”
Hola... como que te perdimos.. Me alegra que sea realidad el gran sueño que me habías compartido..
ResponderEliminarEres una inspiración de que no hay limites, todo esta en nuestra mente..
goyi
Hola Goyi!
EliminarNo me perdieron! Jajaja.. Por el contrario, ya estoy próximo a llegar a Colombia! Probablemente en Septiembre...
Que bueno que te han gustado las publicaciones y me llena de inspiración a mi también el reconocimiento de personas como tú!
Un fuerte abrazo!