Tuareg recorre Suramérica en Moto: Quito y Mindo... Y mis nalgas aporreadas!

Octubre 25

Esta actualización la hago desde la costa ecuatoriana, a la orilla del mar en el interior de mi carpa. El día a día ha impedido tener actualizada la bitácora, pero hoy he decidido ponerles al tanto de algunas cosas…

La llegada a Quito el lunes 15 de octubre fue con policía a bordo, pues antes de entrar a esta ciudad unos agentes me hicieron señas de orillar la moto… Y ahora? Habría cometido alguna infracción sin darme cuenta? Cundo me pidieron los documentos entregué un juego de fotocopias laminadas (tal como lo había aprendido antes de algunos viajeros), sin embargo me pidieron el original de la licencia. Antes de entregarlo pregunté cortésmente si había algún problema, pero me dijeron que eran controles rutinarios; así que después de anotar mis datos y los de la moto en una planilla, me dejaron seguir…

Unos kilómetros más adelante, en un semáforo y cuando estaba a punto de desviarme para la casa de doña Hilda (hermana de Susi), se me aproximó alguien en una Kawasaki KLX650 y me dijo: “Bienvenido a Ecuador Parcero!”. Se presentó como Camilo Soto, un colombiano residente desde hace unos años en Ecuador, motociclista y viajero y que estaba dispuesto a ayudarme y orientarme en lo que necesitara. Tomé sus datos y continué mi recorrido hacia casa de la familia que me hospedaría esa noche sin imaginar lo útil que me sería aquel contacto en Quito.

Doña Hilda me recibió en su casa, colmándome de atenciones: “Comerás fruticas!” “Beberás juguito!” “Descansarás un rato!” (Traducción al paisa: “Tranquilo hombre, bien pueda coma frutas, tome juguito y descanse!” – Es que aun no me acostumbraba a esta forma de usar el tiempo futuro por parte de nuestros amigos sureños…). . Ya estaba preparada una cama en la habitación de unos de sus hijos, tomé una ducha y me fui a recorrer el centro histórico de la ciudad.

Si bien la motocicleta se había convertido en mi medio de transporte, decidí continuar con mi costumbre de usar el transporte público en las ciudades que visito; además de obviar problemas de tráfico y parqueo –sobre todo en ciudades grandes-, es una forma de mezclarse con la gente y vivir un poco de su cultura. Así que ahí estaba yo, contando las monedas de 5, 10 o 25 centavos de dólar mientras con una mano mientras buscaba agarrarme con la otra en aquel bus con destino a “La Marin” que arrancó como volador apenas me subí. Durante el recorrido por el cetro histórico me di cuenta de algunas similitudes entre Quito y Manizales (incluyendo su basílica), así como con algunos sectores de La Candelaria en Bogotá.

Basílica de Quito (Similar a la de Manizales)

Al día siguiente (martes), siendo las 04:14 a.m. de acuerdo con mi reloj, cantó el primer gallo!! Qué??? Acaso estaba soñado que amanecía en una finca? No, no estaba soñando, al primer conato siguió otro y otro más y otro más que se prolongaron hasta no se qué horas, pero cuando me fui de la casa a continuar mi recorrido por Quito, los gallos seguían cantando. Debo mencionar que al llegar a casa de doña Hilda en día anterior si me percaté de unos corrales en el jardín y de otros galpones en la parte posterior, pero asumí que tenían algún negocio de cría de gallinas o venta de huevos… Qué equivocado estaba! En una conversación posterior con don Miguel (esposo de doña Hilda), supe que los hijos de éstos son aficionados a las peleas de gallos y que estos eran los ejemplares más prestigiosos que ellos tenían! Después de manifestar muy respetuosamente que a mí me daría pesar poner a pelear esos animalitos, me dieron a entender que ellos tampoco estaban muy de acuerdo que digamos, pero que ”Qué se le iba a hacer…” La serenata de gallos se repitió cada mañana, aunque curiosamente, después de los 15 minutos de “serenata” en el segundo día, ya me había acostumbrado a ellos…

En Compañía de doña Hilda y Don Miguel, mis anfitriones en Quito

De Quito me queda una linda arquitectura que mezcla estilos coloniales y republicanos con calles empedradas, todo ello a 2.800 msnm, con el volcán Pichincha dominando imponente el paisaje.

Mi recorrido por Quito antiguo fue complementado por una caminata por la zona moderna, donde aproveché para comprar una chaqueta especial para el frío y vientos que me esperan en la Patagonia; asimismo compré un libro sobre la Cordillera Blanca peruana (que visitaré en dicho país) y una bolsa impermeable para proteger mis artículos electrónicos.

Panorámica de Quito (Toamada de una foto en una panadería...)

Valga mencionar que durante el viaje y cada vez que organizo las cosas en las maletas o cargo la moto, veo una mejor manera de empacar… no sé hasta cuándo durará este proceso de mejora, pero si se que en un próximo viaje habrá muchos cambios; aunque todo lo que he traído conmigo ha sido útil –excepto la herramienta y repuestos de la moto, los cuales espero NO utilizar!

Me puse en contacto con Camilo quien se ofreció a darme un tour en la noche por las partes más emblemáticas de Quito; me contó que está preparando la apertura de un hostal en Mindo (cerca de Quito), donde incluirá deportes de aventura, escalada y otras cosas muy interesantes y que era bienvenido allí cuando quisiera.

Una de las visitas que me llamó la atención fue al Palacio de Gobierno o Casa Presidencial, la cual está abierta ahora a todos los visitantes nacionales y extranjeros y se convierte en un atractivo turístico adicional en esta antigua capital. Como anécdota interesante, ahora que menciono el Palacio Presidencial, la noche anterior y mientras visitaba un pequeño restaurante, un mesero se acercó cortésmente y mencionó que yo me parecía al “Señor Presidente Correa” y que si era posible que me tomara una foto con él… a lo cual accedí entre algunas risas de parte y parte; aunque ello no ayudó que la cuenta tuviera algún tratamiento de “cliente especial”! Jajaja…

Mindo es un pueblo dentro de una zona de bosque húmedo premontano, protegida en el noroccidente de Quito; como estaba de camino a la costa pacífica, decidimos organizar viaje para el jueves y de paso conocer su proyecto llamado “Mindo Pura Vida”. Esa misma noche me presentó a Diego Salvador, un joven mecánico y fanático de motocicletas (tiene 6!) especializado en suspensiones. Diego tiene un taller muuuy bien montado, pero no ofrece servicios convencionales en Quito; su trabajo, por ser tan especializado, es para clientes muy selectos en el ramo de las suspensiones para competición y preparando motos para viajes largos. Me enteré que Diego pone su taller a disposición de los viajeros internacionales para que puedan ellos mismos realizar algunas tareas básicas de mantenimiento (él les presta la herramienta y les orienta en detalles básicos). Entre charla y charla decidimos que mi motocicleta necesitaba unos ajustes a la suspensión, pues al estar cargada atrás y teniendo aún los ajustes originales de fábrica, se mostraba algo “nerviosa de timón”; asimismo, se le programó cambio de aceite a la suspensión delantera, coas que no se había hecho nunca a la moto! Debo decir que os ajustes hechos por Diego y en general todo su apoyo fueron claves, pues para un viaje tan largo era increíble que yo anduviese aun con el aceite del 2003 y que ya presentaba algo de degradación… A Diego le pueden contactar vía e-mail a diego_s@hotmail.com

En compañía de Diego Salvador y Camilo Soto

El taller de Diego en Quito - Excelente tipo y calidad en servicio!

El miércoles pude encontrarme con María Mercedes Barragán o “Meche” Barragán, directora del programa radial Outdoors 106 de Radio Fuego en Quito (Hot 106 FM). A Meche la había conocido por Facebook y se había ofrecido a ayudarme en algo de la ruta y alguna otra cosa que necesitara en Quito. Habíamos hablado de una entrevista en su programa, para hablar del viaje y sobre todo, de mis expectativas al visitar los parajes naturales más emblemáticos del continente suramericano. Hicimos la entrevista el día miércoles y además tuve la oportunidad de conocer y compartir con los panelistas del programa Juan Naranjo, Carmen Medina, Patricia Pachón y Karl Egloff (corredor profesional de ciclomontañismo a nivel internacional); todos ellos personas excelentes con una calidez y calidad humana altísima, quienes me desearon suerte en mi viaje y yo quedé con la promesa de regresar a Quito en otra ocasión y la sensación de haber sido “famoso” en Quito por unos cuantos minutos! Jejeje…

Con los de Outdoors 106 en la HOT!

Con "Meche" Barragán en la HOT106 - Radio Fuego Quito

El jueves, con la motocicleta lista y después de haber paseado por Quito de variadas maneras, me dirigía a Mindo con Camilo, con la obligada parada en el monumento de ”La Mitad del Mundo” que no queda en la mitad… Ya con los últimos avances de posición satelital y mediciones exactas, se encontró que el monumento está desplazado unos metros (muchos!!! Les dejo la tarea que averigüen cuántos! Jejeje…

En la Mitad del Mundo.. Que no es la mitad!

El recorrido hasta Mindo dura unas 2 horas desde Quito y va descendiendo paulatinamente hasta los 1.300 msnm; al final se llega a una zona de bosque con un pequeño poblado que sirve como base para acceder a las cascadas y demás atractivos turísticos de la zona. Llegamos a la casa de Camilo, que consiste en una pequeña “finca” en las afueras del pueblo, con tres cabañas y una amplia zona verde, otras zonas están siendo adecuadas como zonas de camping y para la práctica de escalada en muro.

Cabaña principal y zona verde en "Mindo PuraVida"

Nos recibieron “Ché” y “Pipo”, el primero, un dogo argentico y el segundo un criollo, muy amigables y llenso de energía! El proyecto se ve muy prometedor pero lo más importante y destacable es el empeño que Camilo le pone, trabajando con ganas y tenacidad para que el año entrante pueda abrir sus puertas al público. No obstante, las puertas de “Mindo PuraVida” –como se llama el proyecto- están abiertas en este momento para viajeros (especialmente en moto), que quieran visitarle y pagar una contribución por su hospedaje (meramente voluntaria) o ayudarle con sus tareas en el proceso de acondicionamiento del sitio. A Camilo pueden contactarlo en el celular 0987390620, como ya dije, es un tipo muy colaborador, entusiasta y buen guía de la zona, sin mencionar que posee conocimientos y contactos relacionados con motocicletas que pueden ser muy útiles a los viajeros.

En la cabaña de huéspedes con "Ché"

El recorrido por los alrededores de Mindo incluyó caminos en destapado (con la moto sin maletas, lo cual significó un alivio en su conducción) y caminatas por senderos que conducen a cascadas muy lindas; uno de ellos lleva a unas piscinas naturales que incluyen un tobogán… Ahora, la historia del tobogán es un poco simpática y lleva dosis de risa, dolor y uno que otro raspón en varias partes del cuerpo… Resulta que el sitio –al ser un día de semana- estaba desierto y solo estaba yo en la zona, el guardia me dijo muy alegremente: “Suba, que arriba hay un tobogán muy bueno!” Yo me había cambiado ya a mi pantaloneta de natación, la cual había elegido sobre una bermuda o pantaloneta larga por su facilidad de secarse. Solo hasta que llegué al sitio me percaté que el tobogán era en piedra e intuí que mi pantaloneta podría sufrir algún pequeño problema con esa superficie que ya se veía un poco áspera, sin embargo, diciéndome que no podía estar tan mal, me aventuré y puse “mi colita” en el torrente de agua.

Cascadas en Mindo - Ecuador

Un merecido baño después de la caminata! Alrededores de Mindo

Todo fue muy súbito, pues la velocidad que desarrollé en poco tiempo fue alta y ya sentía mis nalguitas ardiendo de la fricción en el recorrido aguas abajo, cuando las cosas empezaban a ponerse feas por esta “incómoda fricción” y después de una súbita curva, pude ver el final del tobogán, pero a medida que me acercaba rápidamente al final, no veía el agua sobre la cual debía caer! La respuesta llegó pronto, cuando de repente me encontré cayendo a toda velocidad desde una altura de aproximadamente 3 metros hasta el río; la caída desde tal altura sumada a la velocidad hizo que mi pantaloneta –que ya en ese momento estaba un poco más arriba de la línea original de mi entrepierna- se subiera aún mas, convirtiéndose en una “tanga brasilera” cuando afanosamente me esforzaba por salir a tomar aire… El saldo: Una pantaloneta cuyo trasero ya muestra cierto nivel de transparencia “algo peligroso”, unas leves raspaduras en mi codo izquierdo al tratar de disminuir la velocidad infructuosamente y unas nalgas rojas y adoloridas!!!!